Preguntas frecuentes
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La soldadura TIG (Tungsten Inert Gas) es muy recomendable para acero inoxidable, ya que permite un control preciso del arco y una mayor calidad en el cordón de soldadura. Además, minimiza la contaminación y la deformación térmica del material. Sin embargo, en aplicaciones de mayor producción, la soldadura MIG/MAG también puede ser utilizada, aunque requiere un control cuidadoso de la configuración y de la velocidad de alimentación del gas para evitar defectos.
Al seleccionar un equipo, es esencial evaluar:
- El tipo de proceso de soldadura: como MIG, TIG, o de arco eléctrico, según las aplicaciones y materiales.
- La potencia y capacidad del equipo: para asegurar que pueda manejar el grosor y el tipo de material.
- El ciclo de trabajo o duty cycle: que indica cuánto tiempo puede operar el equipo de forma continua sin sobrecalentarse.
- La portabilidad y facilidad de uso: especialmente importante en proyectos en sitio o de difícil acceso.
- La disponibilidad de repuestos y soporte técnico: para asegurar una operación sin contratiempos a largo plazo.
La seguridad es primordial en soldadura. Algunas recomendaciones incluyen:
- Utilizar equipo de protección personal (EPP): como casco o careta de soldar con filtro adecuado, guantes, ropa resistente al calor y protección auditiva.
- Trabajar en un área bien ventilada: para evitar la acumulación de humos tóxicos y gases nocivos.
- Revisar y mantener el equipo: para asegurar que no existan cables o conexiones dañadas que puedan generar riesgos eléctricos.
- Conocer y respetar las normas de seguridad: tanto las internas de la empresa como las establecidas por las normativas locales o internacionales.
El mantenimiento regular es clave. Algunas prácticas recomendadas son:
- Limpieza de las boquillas y terminales: para evitar acumulación de residuos que puedan afectar el arco.
- Verificación de conexiones y cables: buscando desgaste o daños que puedan comprometer la seguridad y el funcionamiento.
- Revisión del sistema de refrigeración: en equipos que lo requieran, asegurando el correcto flujo del refrigerante.
- Almacenamiento adecuado: en lugares secos y libres de polvo, y protegiéndolos de golpes o caídas.
- Seguimiento del manual del fabricante: para cumplir con los intervalos y procedimientos de mantenimiento recomendados.
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